Al fin se acaba la carrera de obstáculos
Vecinos, comerciantes y arquitectos celebran el desbloqueo del proyecto para rehabilitar La Panificadora – “Es importantísimo recuperar el patrimonio histórico”, consideran.
Carlos Ponce / Faro de Vigo
La Gerencia de Urbanismo desbloqueará por fin mañana el proyecto para recuperar La Panificadora después de años de numerosos trámites, modificaciones y también piedras en el camino. La noticia ha sido celebrada por arquitectos y también por los colectivos que más se beneficiarán de la regeneración de la zona. Ejemplo de ello es la reacción de la presidenta de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros Vigo Bello, Itos Domínguez. “Me parece una maravilla que por fin vayan a arreglar La Panificadora. Para los que tenemos negocios y vivimos aquí es una gran noticia. Por fin parece que se termina esta carrera de obstáculos y en unos años toda la zona va a estar impresionante. Voy a cumplir sesenta años y pensé que nunca lo llegaría a ver”, asegura la portavoz de los comerciantes.
Itos Domínguez considera que la regeneración del Casco Vello y su entorno gracias a la recuperación de la antigua fábrica de pan y el Barrio do Cura “va a mover mucho público”. “Ahora mismo por el Paseo Alfonso, por ejemplo, hay muy poca afluencia. Así que todo eso va a dar mucha vida”, celebra.
La pelota está ahora en el tejado de Patrimonio. Tiene dos meses para emitir un informe favorable que permitiría a la corporación municipal aprobar definitivamente el proyecto en el pleno. “Las elecciones están muy cerca así que espero que la Xunta de Galicia diga que sí”, opina Domínguez. El gobierno local incluyó todas las alegaciones presentadas por Patrimonio así que espera que el dictamen autonómico sea favorable.
Los vecinos también han acogido el desbloqueo de La Panificadora con optimismo. Consideran que rehabilitar uno de los emblemas del centro de la ciudad traerá grandes beneficios. “Todo lo que sea recuperar edificaciones y eliminar puntos negros es muy positivo. Hay muchas casas del entorno afectadas por las humedades de La Panificadora así que es una buena noticia para todos”, explica el portavoz vecinal, Fiz Axeitos.
A la espera de conocer en profundidad los entresijos de la actuación que costará en torno a 20 millones de euros y que, a la espera de que se sume alguna iniciativa privada, financiará el Consorcio de la Zona Franca y el Concello de Vigo, los residentes consideran que el previsible despegue comercial y la mayor afluencia de gente a la zona, que acabará siendo un gran espacio sociocultural, deberá llevar aparejadas algunas facilidades como la habilitación de zonas de carga y descarga, paradas de taxis y de autobús. Sin olvidar de dar una solución al problema del aparcamiento. “¿Dónde va a estacionar la gente?”, se pregunta el representante de los vecinos del Casco Vello.
El alcalde, Abel Caballero, anunció esta semana que el proyecto respetará todos los elementos históricos protegidos de la Panificadora, como los silos, el edificio principal, el almacén y el edificio de la calle Falperra. Aspecto valorado tanto por los vecinos como por expertos como José Ramón Iglesias Veiga, doctor en Historia del Arte y estudioso de arquitectura industrial. “Es importantísimo recuperar el patrimonio histórico y que se respeten todos los elementos protegidos, especialmente los silos. Desde el punto de vista arquitectónico no cabe duda que se trata de un éxito”, destaca.
Volver a darle vida a una industria histórica como La Panificadora, según este profesor del instituto porriñés Pino Manso, es clave en una ciudad como Vigo. Por eso espera que el gobierno local y el resto de administraciones hagan lo mismo con otras fábricas abandonadas, como la nave de la conservera Alfageme, situada en Tomás Alonso a la espera todavía de su reconversión urbanística. “Hay industrias en gran peligro de desaparecer, especialmente en la zona de Orillamar”, lamenta José Ramón Iglesias.
El proyecto elaborado por los arquitectos gallegos Jorge Salgado y Celso López plantea en La Panificadora una gran plaza alrededor de la que se articulan los diferentes usos que tendrá el complejo. Habrá, por ejemplo, una biblioteca de 2.500 metros cuadrados, una zona destinada a espacios musicales y otra para ensayar teatro y danza. En otro edificio se ubicará un gimnasio y un spa, un espacio de coworking, oficinas y el instituto de innovación gastronómica. También habrá una cafetería con vistas a la ría de Vigo y un gran mirador.
En este sentido, el arquitecto Alfonso Penela, ideólogo de la futura Ciudad de la Justicia en el antiguo Hospital Xeral, de la flamante sede del Celta en Príncipe o del nuevo Barrio do Cura, considera básico no solo recuperar los edificios, “si no también introducir verdaderos activadores” que permitan reactivar la zona. “No solo es importante el continente, sino también el contenido”, explica el arquitecto.