Aumenta el tiempo medio de espera en Vigo por una licencia de obra
La patronal inmobiliaria urge reducir la burocracia a su mínima expresión
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Borja Melchor / Faro de Vigo
Hace algo más de un año, en mayo, eran 11 meses. Ahora, ya son 13 meses. Es el tiempo medio de espera para lograr una licencia de obra –ya sea nueva o una reforma– en Vigo, según un informe elaborado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) y la Asociación de Empresas Inmobiliarias de Vigo (Asemi). Es decir: si está pensando en llevar a cabo alguna intervención de este tipo –ejecutar una entreplanta, instalar un ascensor, actuaciones en la fachada, ampliar el patio, reorganizar la cubierta para que evacúe mejor el agua, etc.–, deberá armarse de paciencia.
La olívica es la segunda ciudad gallega con el peor dato. Solo le supera Ourense, donde la demora se extiende hasta 18 meses de media. Son las dos únicas grandes localidades que no lograron reducir sus tiempos desde mayo del año pasado. Les siguen Ferrol –12 meses– y Lugo y Pontevedra –en ambas, 11–. Contrasta el dato de Vigo con el del otro polo de la economía de la comunidad, A Coruña: nueve meses, mismo tiempo que emplean los servicios urbanísticos en la capital, Santiago. En resumen: ninguna de las siete urbes cumple la recomendación de la ley estatal, que aconseja no superar los tres meses si se trata de obras mayores y un mes en el caso de obras menores.
Las causas principales de esta situación, según destaca el presidente de Fegein y Asemi, Benito Iglesias, son tres. Indica que los recursos humanos de los concellos “no suelen ser suficientes para asumir la carga de trabajo a la que se deben enfrentar”. “Además, son puestos con mucha rotación y, a veces, con limitada formación jurídica”, apostilla. Se suman la “excesiva burocratización del proceso, que incluye falta de coordinación entre estamentos y falta de organización en el proceso administrativo”, y la carencia “clamorosa” de digitalización para este proceso en las administraciones locales.
En el grupo de consecuencias derivadas de esta coyuntura, Benito Iglesias cita “notables retrasos en la puesta en marcha de las actividades económicas en un contexto muy complicado para las empresas”, lo que limita el crecimiento; y un “alto coste para las personas físicas o jurídicas que asumen elevados tipos de interés en la financiación para ejecutar las obras”.
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Estos retrasos en la emisión de permisos también se traducen, como subraya la patronal, en un “sobreprecio para los compradores de viviendas en municipios con retrasos de más de un año en la concesión” y “menos recursos económicos en los concellos”, ya que “la recaudación del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) se retrasa o se anula a raíz de la tardanza”.
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