Barrio do Cura y Ribadavia, las primeras “islas” urbanas recuperadas
Son las primeras en ser recuperadas ya que se pondrán en marcha en 2019 y se unirán al cogollo urbano tras quedar durante décadas sin ordenar y aisladas.
Las nueve islas, otros tantos ámbitos pendientes de desarrollar en zonas del cogollo urbano. Las nueve islas, otros tantos ámbitos pendientes de desarrollar en zonas del cogollo urbano.
JOSE TEO ANDRES / Atlántico Diario
Barrio do Cura, con el proyecto en tramitación para su desarrollo por la promotora Gestilar, y el Barrio de Ribadavia, en Pizarro, cuya urbanización acaba de ser aprobada por la Gerencia de Urbanismo, serán dos de las nueve “islas” que se pondrán en marcha a lo largo de 2019 para su incorporación al cogollo urbano gracias a que pueden adaptarse al Plan General 1993, en vigor. Los urbanistas las denominaban así por tratarse de espacios en medio de la ciudad que se quedaron sin ordenar, conformando hábitats rodeados y aislados.
Barrio do Cura ha tenido suerte: su espacial interés como una pieza en el centro de Vigo ha llamado la atención de las grandes promotoras, y Gestilar se apoyó en un fondo inversor y la Banca Morgan para retomar el proyecto ideado por Alfonso Penela y que durante más de una década pilotó Karpin y Crespo. La venta fue “nuestra contribución a Vigo”, dijeron. El DOG de hoy publica el anuncio de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático por el que se hace público el informe ambiental estratégico de la modificación puntual del Plan General de 1993, en vigor, para la reordenación del ámbito del Barrio do Cura, lo que permite poner en marcha el proyecto con los cambios incluidos. Por su parte, Gestilar se mantiene a la espera antes de hacer la presentación pública, pero espera iniciar la demolición de los edificios antes de fin de año. Todos salvo la fachada de la iglesia, de estilo neogótico, y algunos elementos patrimoniales. Permitirá abrir Torrecedeira, ampliar el Paseo de Alfonso XII y su mirador y ganar 5.000 metros de zonas verdes y públicas. Y entre 200 y 300 viviendas.
El barrio de Ribadavia, se incluye dentro del ámbito de San Roque. El concurso sale por 240.952 euros y supondrá la urbanización de un entorno rodeado de ciudad por todas partes, con Pizarro por un lado, O Calvario por otro y el Couto San Honorato por la otra. Como en Barrio do Cura, una inmobiliaria había adquirido los edificios, pero quebró y todo el proyecto se quedó parado durante diez años.
En Bouzas hay también ahora posibilidades de sacar adelante parte del plan de reforma interior del casco histórico a través de la empresa Building Center, que desde 2017 explora desarrollar 9.972 m2 edificables para construir 80 viviendas, un parque y aparcamientos seis mil se destinarán a superficie residencial y los otros 3.390 a uso terciario o comercial.
Mucho más complicado lo tienen las otras seis islas, que les tocará esperar por otro Plan General, tras fracasar el de 2008. Hace tres años que fue anulado y la previsión es que el nuevo pueda estar listo en 2021 como muy pronto. El caso paradigmático es A Seara que lleva 20 años con sus viviendas afectadas por planes frustrados. El último contemplaba la interacción con la ciudad de 54.000 metros cuadrados y levantar 400 viviendas. La promotora también acabó en concurso. Sus pocos vecinos -unos 20- ya se han acostumbrado a vivir “muy bien” en una isla en el medio de la ciudad.
Otra operación frustrada, y que deberá esperar por soporte urbanístico, es Castro Castriño, donde los sucesivos intentos han chocado de frente por desencuentros.
Lo mismo, Carballa y Espedrigada, entre Florida y Balaídos. Los conflictos han convertido en imposible su desarrollo. En el primer caso se trata de un área de expansión que permite 125.729 metros de edificación. Una de las mayores actuaciones planteadas, en una zona de suelo urbano consolidado, ha fracasado con un enfrentamiento entre propietarios que acabó en los tribunales. Es una situación similar al área entre Aragón y Travesía, donde los planes han trazado calles y edificios en terrenos ocupados por urbanitas con cultivos en pleno centro de Vigo.
Fuera del casco urbano, y no como una isla, se encuentra Cabo Estai, actuación que iba a unir Vigo con Nigrán lista para iniciar la tramitación final cuando se anuló el PGOM. Desde entonces, esperando acontecimientos. Curiosamente, estas nueve “islas” podrían ampliarse con la estación de autobuses actual, en avenida de Madrid, que en tres años quedará abandonada y con ella parte de su entorno. Los autocares se centralizarán desde la terminal de Vigo-Urzaiz, con los trenes, y la instalación construida por la Xunta hace 30 años se quedará sin uso. La Xunta la devolverá al Concello con la idea de que sea un parking libre. En Urbanismo a no hay ninguna decisión al respecto.