Cómo los mileniales están cambiando el sector inmobiliario
Los jóvenes comprarán para alquilar y vivirán arrendados, como ocurre en buena parte de Europa
Gustavo Rossi / 5 Días
En la última década, el sector inmobiliario ha sufrido fuertes cambios, sobre todo en lo que a hábitos de consumo se refiere. De hecho, en contra de lo que muchos aún creen, el alquiler se ha consolidado como la opción residencial más elegida entre jóvenes y nuevas familias. En el 2017 el alquiler ha dado mucho de que hablar, pero es ahora en 2018 cuando realmente se va a convertir en el resultado de un nuevo paradigma inmobiliario.
Desde el fin del boom del ladrillo, el interés de los grandes players e inversores ha cambiado. Después de la compra especulativa encontraron en el alquiler un modelo rentable y atractivo. Eso sí, apostando únicamente por el mercado más tradicional: el alquiler comercial. La gestión de arrendamientos de oficinas, locales o centros comerciales lleva tiempo bajo su punto de mira, pero es en este 2018 cuando realmente van a abrir sus perspectivas y posibilidades de inversión hacia el alquiler residencial.
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Los bajos tipos de interés, las facilidades para conseguir financiación y la consolidación del alquiler en las grandes ciudades han hecho atractivo para la inversión el mercado inmobiliario español. En este sentido, el 2017 ha destacado por la aparición de las primeras socimis centradas en el arrendamiento de viviendas. Sin embargo, va a ser en este 2018 cuando realmente los grandes players apuesten por la inversión en alquiler residencial gestionado por profesionales. No olvidemos que durante el pasado año se alcanzaron rentabilidades en alquiler que superaron incluso el 6% en algunas zonas residenciales de Madrid o Barcelona, lo que ha puesto la atención de los inversores en el mercado inmobiliario del alquiler.
Pero no solo eso. Este año, por primera vez, el alquiler va a convivir con la propiedad sin estigmatización. Recordemos que hasta hace bien poco, la sociedad no consideraba que vivir en un piso alquilado fuese una buena opción, porque la aspiración residencial española pasaba por tener una casa en propiedad “para toda la vida” y firmar una hipoteca. Hasta ahora era preferible adquirir una casa hipotecada –con un “alquiler” de 30 años de obligado cumplimiento con el banco– a vivir de alquiler y ser el dueño de tu economía.
Muchos veinteañeros y treinteaneros no se ven viviendo atados a una entidad bancaria durante dos o más décadas
Desde hace un tiempo a esta parte –especialmente en los últimos meses– esta percepción ha cambiado. En 2018 el alquiler y la compraventa van a convivir en armonía por fin, lo que va a hacer que el sector inmobiliario español sea más europeo que nunca. Las personas ahora viven de alquiler porque necesitan un modelo sin tantas barreras de entrada como la compra y que sea flexible para adaptarse a sus necesidades cambiantes. Pero también que se ajuste a su situación económico-laboral. La sociedad española está cambiando y los jóvenes no se ven viviendo atados a una entidad bancaria durante dos décadas, incluso más, por una casa que tal vez el día de mañana ya no les valga.
Tradicionalmente, el español medio apostaba por una única operación que conjugase la inversión inmobiliaria y la satisfacción de sus requisitos habitacionales. Sin embargo, la realidad es que las necesidades de cualquiera de nosotros cambian, y ahora somos conscientes de ello. La llegada de un miembro más a la familia o un cambio de trabajo, son motivos más que suficientes para que esa vivienda que compramos con tanto esfuerzo ya no cumpla con nuestras nuevas necesidades.
En 2018 ya no buscaremos una vivienda rentable para vivir, sino que buscaremos una vivienda rentable como inversión que nos permita vivir en la casa que necesitemos en cada momento, sin apalancamientos y con flexibilidad. El 2018 se va a convertir en el año cero del alquiler, en el que una misma persona es propietaria e inquilina a la vez. El año en el que compraremos por oportunidades de rentabilidad y en el que viviremos de alquiler según nuestros requisitos. Porque si algo saben nuestros jóvenes de hoy en día es que de la noche a la mañana todo puede cambiar. Los mileniales han evolucionado a la generación no credit y tienen claro que no es imprescindible, ni mucho menos, pagar miles de euros por una casa que en un futuro no complacerá sus necesidades.
La mentalidad no credit ha llegado para quedarse. Pagamos por música consumida, por series vistas o por los kilómetros hechos con un coche de sharing o renting, cada vez nos apalancamos menos en cosas materiales, pero entonces, ¿por qué seguimos pensando en comprar una vivienda que nos valga para toda la vida? En nuestra cultura el sentimiento de propiedad está muy arraigado, pero este sentimiento va a cambiar. De hecho, lleva tiempo cambiando y ahora es cuando se va a hacer realmente perceptible. Los españoles vamos a seguir comprando vivienda, pero vamos a cambiar la forma de hacerlo.
La generación no credit ve la vivienda como un bien de consumo más, con el que tiene que satisfacer una necesidad concreta en un momento determinado. Es por ello que rehusan del apalancamiento tradicional español y apuestan por la movilidad, más característica del modelo europeo. Para ellos las hipotecas no tienen cabida, porque pagan por el uso de cualquier bien de consumo, incluso la vivienda.
Los no credit son jóvenes, pero han llegado para quedarse. En 2025 serán más del 70% de la fuerza laboral de nuestro país y tomarán las riendas de nuestra sociedad. La generación no credit está formada por veinteañeros y treintañeros que están sentando ahora las bases del que será el nuevo paradigma inmobiliario español, en el que comprar para alquilar y vivir de alquiler será lo más habitual. Los mileniales nos está enseñando a desterrar la idea de que el que alquila es porque no puede comprar, porque ahora un inquilino posiblemente ha invertido en una operación inmobiliaria rentable, pero con la que no busca, ni pretende, cumplir con sus necesidades habitacionales. Porque para eso ya está el alquiler.
El mercado inmobiliario está cambiando, el alquiler cada vez se acerca más a la tendencia europea y los españoles tenemos una nueva mentalidad de consumo. El 2018 va a ser el año cero del alquiler, ¿y si este año somos más europeos que el pasado?