El “efecto confinamiento” acelera el mercado inmobiliario gallego
Las transacciones crecen en septiembre un 8% anual y un 21% respecto a agosto | Los arrendamientos se encarecen un 7%
El “efecto confinamiento” acelera la venta de viviendas en Galicia y el alquiler en concellos pequeños.
Julio Pérez / Faro de Vigo
Además del gasto disparado por razones obvias en alimentación y productos farmacéuticos, los cambios en las pautas de consumo de los gallegos desde que comenzó la pandemia salvan a otro sector, víctima habitual en los tiempos de crisis. Esta vez los artículos para el hogar son una excepción también en los números rojos del comercio. Las ventas llegaron a subir un 62% durante la fase 2 de la desescalada a finales de mayo. Y, aunque los incrementos fueron poco a poco suavizándose, la facturación aguanta aún a estas alturas por encima de los niveles previos al coronavirus y supone un 21% de la cifra de negocio de toda la actividad minorista en la comunidad, según la información recopilada por Abanca y BBVA a partir de las tarjetas y los TPV de sus clientes.
La venta de viviendas cayó a la mitad en el confinamiento pero repuntó en verano
Ya con las nuevas restricciones de la segunda ola, el volumen de operaciones en los primeros días de noviembre creció un 14% en comparación al mismo periodo de 2019. El confinamiento hizo que buena parte de la población valorase más que nunca las condiciones de su casa y que esta parte del mercado inmobiliario en Galicia –a diferencia de los locales comerciales– resista la embestida de la crisis, tanto en compra como en alquiler.
La compra de viviendas en la región enfilaba por el momento la famosa recuperación en V. Del buen ritmo que llevaban a principios de año –alrededor de 1.500 transacciones por mes– pasó a 1.165 en marzo y siguió bajando hasta el mínimo de junio con 849 operaciones. En septiembre, como recoge el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se comercializaron 1.326, tras un alza del 21,2% respecto a agosto (1.094) y un 8,4% más que en septiembre de 2019.
Galicia se cuela entre los territorios con mayor ascenso anual de las ventas, curiosamente aquellos que suelen ser los menos dinámicos en el sector. Encabezan la variación Extremadura (53%), Asturias, (47%), La Rioja (39%) y Castilla y León (27%). En el conjunto del Estado el número de operaciones cayó un 1,1%, hasta las 37.839, arrastrado por las importantes bajadas en zonas muy dadas al ladrillo. Las mermas más fuertes están en País Vasco, donde se redujeron un 23,8%; Baleares y Navarra (15% menos);_y Cataluña (12,6%).
En los nueve primeros meses de este extraño año por el Covid-19 van 10.356 viviendas vendidas en Galicia. Son 2.619 menos que entre enero y septiembre del ejercicio pasado. Un retroceso del 20,2%. La diferencia entre provincias no es anecdótica. Mientras la bajada en Lugo fue del 25,6% (1.022 inmuebles comercializados) y del 23,3% en A Coruña (4.702), en Pontevedra (3.568) y Ourense (1.064) ronda el 15%. El descenso de todo el país supera el 22%, con 302.381 operaciones, frente a las 388.357 de los mismos meses de 2019. La crisis pasa factura especialmente a la Comunidad Valenciana, donde las ventas disminuyeron un 27%; Navarra, con una caída del 25,3%; y Madrid y Canarias, ambas con descensos de más del 24%.
La inmensa mayoría de las ventas en Galicia este 2020 son de viviendas usadas, el 78% (8.089). Pero en pisos y casas nuevas (2.267) la bajada es un punto menor, del 19%. La aceleración del mercado en la comunidad en la etapa posterior al confinamiento no permite, en cualquier caso, que salga del último puesto a la cola de España en la compraventa por cada 100.000 habitantes: solo 61. La media estatal en septiembre ascendió a 102.
Nigrán y O Porriño elevaron sus ventas durante el primer semestre del año
La publicación de los datos por concellos va mucho más lenta y por eso es todavía pronto para medir el impacto real del aparente éxodo hacia las afueras de la ciudades más pobladas y localidades más pequeñas. A eso apunta el balance del primer semestre con casos como el de Nigrán y O Porriño, con repuntes de más del 17% en las ventas;_el 30% en Pereiro de Aguiar; o un 10% en el municipio coruñés de Miño.
Sí parece más claro el fenómeno en los alquileres. Con el país paralizado durante casi dos meses y muchas limitaciones todavía desde entonces, el número de contratos firmados bajó al igual que la compraventa de viviendas. Aunque menos. Lo hizo un 11,2% entre enero y octubre, con un total de 25.579 fianzas depositadas por los propietarios en el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). Pero la evolución va por barrios. O, mejor dicho, por tipo de ayuntamientos. Los de menos de 5.000 habitantes resisten por encima de los 800 alquileres como hace un año. La bajada en los de 5.000 a 20.000 habitantes fue del 6,6%. Esa parte de Galicia contrasta con las caídas de más del 11% registradas en el resto.
El precio medio de los arrendamientos en Galicia subió un 23% desde 2015
Además de las ventajas que los ciudadanos pueden percibir en las localidades de menor tamaño tras el confinamiento por la calidad de vida, el aire libre y las menores aglomeraciones para prevenir el contagio, hay otra clave muy relevante. La del precio. El importe medio de los alquileres en Galicia se situó en 446,7 euros en octubre, un 7% más que hace un año. Desde la escalada alcista iniciada en 2015 como alternativa a la imposibilidad de muchos ciudadanos de acceder a una hipoteca, el precio de los arrendamientos en la comunidad se disparó un 23%.
Alquilar en uno de los ayuntamientos más pequeños de Galicia cuesta 308 euros al mes, mientras que en los de 20.000 a 50.000 residentes roza los 402 euros y 486 en los de más de 50.000. A Coruña y Vigo ocupan los primeros puestos con una mensualidad media de 531 y 520 euros tras una subida anual del 6% y el 5,1%, respectivamente. En los últimos años el encarecimiento en A Coruña es del 28% y el 27% en Vigo. La mayor subida está, sin embargo, en Pontevedra, con un 33% (482 euros). Santiago (470) y Ourense (414) se anotaron alzas del 19%.