El hueco de la tecnología en el sector inmobiliario
Gabriel Rodríguez Calvo
arquitecto_ deloitte real estate_
El sector inmobiliario es tremendamente fiel a sus usos y costumbres; fiel a apoyarse en las formas de hacer “de siempre”; a confiar en la experiencia y el conocimiento local; a perpetuar lo ya probado, en procesos, producto y llegada al mercado. Sin embargo, confiando en este saber hacer no ha llegado la recuperación que esperábamos tras la salida de la crisis. En el mercado residencial se puede señalar a múltiples problemas: la escasa producción de suelo finalista, el poco acceso a financiación de las familias, los crecientes costes de construcción… Todos ellos reseñables desde el punto de vista “de siempre”. Planteemos ahora un cambio en el punto de vista.
¿Y si ha cambiado el consumidor objetivo? ¿Y si ha cambiado la forma en que consumimos?
Hablando de tendencias de consumo es frecuente oír hablar de los millenials como del enemigo en casa, ese ser desconocido e indomable al que deben adaptarse los mercados. En otros contextos, se habla de entorno VUCA (iniciales inglesas para volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) como directores del cambio en las sociedades y mercados actuales.
Juntemos ahora a estos millenials inciertos e impredecibles con un sector inmobiliario bastante acomodado en sus usos y costumbres. En este rápido y somero ejercicio, cabe pensar que habrá cierta falta de encaje entre oferta y demanda.
Algunas alternativas
En otros mercados ya se ofrecen productos orientados a este nuevo perfil. Las grandes marcas de automóviles han dejado de vender coches para ofrecerlos en renting, aludiendo al deseo de no atarse a un vehículo, a la vez que se ofrece un todo-en-uno en una sola cuota (uso del coche, mantenimiento, seguro…).
En el sector inmobiliario este servicio es equiparable a los servicios de espacio flexible –o coworking. En éstos, la empresa inquilina paga un único recibo en el que, junto al alquiler del espacio, se incluyen el mobiliario necesario, conexión a internet, control de acceso, suministros y servicios… Queda así como única preocupación del arrendatario el escoger la cantidad de espacio que necesitará en meses siguientes.
Mientras que en el sector oficinas el espacio flexible empieza a ser uso habitual entre los grandes propietarios, en el mercado residencial comenzamos a ver un tímido pero prometedor cambio de tendencia hacia la vivienda como servicio. El mercado de alquiler residencial no deja de crecer en España, impulsado tanto por la creciente tasa de esfuerzo en compra como por la flexibilidad y deslocalización que reclaman las nuevas generaciones. La siguiente etapa, la profesionalización de este mercado: en 2019 han surgido diversos agentes impulsores del build to rent, el mercado de obra nueva destinado exclusivamente al alquiler, gestionado por profesionales.
El hueco de la tecnología
En este contexto de cambio se habla frecuentemente de transformación digital, de dar un papel protagonista a la tecnología en la actividad de las empresas.
Grandes agentes de diversos sectores que navegaban con seguridad en el mercado offline avanzan con pasos de gigante para trasladarse al mercado online. Algunos ejemplos son las televisiones, con sus plataformas de vídeo bajo demanda, o la banca, compitiendo por tener la mejor aplicación móvil, a la vez que reducen sus redes de oficinas.
Mientras en otros ámbitos la digitalización proporciona nuevas experiencias de usuario, nuevas formas de relacionarse con el consumidor, en el sector inmobiliario se reducen todavía a la mejora de eficiencias internas de las compañías. Plataformas de gestión transversales como Prinex, o la creciente (aún comedida) integración de modelos BIM son las líneas de progreso más conocidas, siempre de puertas adentro.
Además de estas opciones ya integradas es momento de pensar en dos nuevas vías de adopción de la tecnología. De manera interna, el uso de los datos recogidos para fundamentar decisiones venideras es un camino necesario. Una estrategia de gestión de datos ayudará a superar la costumbre de actuar por intuición y añadir objetividad al funcionamiento del negocio.
De cara al comprador o inquilino futuros queda mucho más camino por recorrer. La comprensión de qué hogar quiere, necesita o se puede permitir es el gran dato a comprender para diseñar una oferta adecuada. Los mejores conocedores en este momento probablemente sean iniciativas proptech – de property y technology, la tecnología aplicada al sector inmobiliario. Estas empresas, frecuentemente startups, miran el sector desde fuera, identificando así los espacios de mejora en la cadena de valor. Esta objetividad, unida a un frecuente apalancamiento en la última tecnología, pueden ayudar a encontrar el encaje perdido entre la oferta y la demanda en el sector.
¿Es el momento de apostar por la tecnología? En otros sectores hemos visto apuestas por iniciativas tecnológicas con un retorno a priori incierto. Muchas de estas aventuras se han quedado en el tintero, por no generar el resultado esperado, o por hacerlo a destiempo. Aunque no todo llegue a buen puerto, lo que debe quedar es que aquellos que ahora están a la cabeza han arriesgado en algún momento, mucho o poco, por un cambio tecnológico de gran calado.