La construcción, con 3.551 empresas en la provincia de A Coruña, ocupa a 35.219 trabajadores

7 junio 2022


O. P. ARCA
SANTIAGO / LA VO

El 31,6 % de ellos son autónomos, en un sector que presenta una fuerte atomización

La construcción emplea a 35.219 trabajadores en la provincia de A Coruña. Es el número de afiliados del pasado ejercicio 2021, que se recoge en el último boletín de estadísticas del sector, que publica el Observatorio Industrial de la Construcción. La cifra mejora en un 2,8 % el dato del 2020, pero está un 1 % por debajo del último año anterior a la pandemia. A Coruña está por delante de Pontevedra (25.454) mientras Lugo (8.879) y Ourense (8.280) se quedan muy atrás. De los 35.219 trabajadores coruñeses, el 31,6 % (11.135) son autónomos. Lo explica Fernando García Novo, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción en Galicia: «Es una figura muy común. Muchos de ellos en el fondo son micropymes con uno o dos trabajadores. Existen dos motivos claros para la atomización del sector. De una parte, por la naturaleza de la actividad. Las empresas grandes, para mantener su actividad, tienen que moverse mucho, lo que conlleva que hubiese mucho fijo de obra, ahora llamado indefinido adscrito a obra. Llegan con su staff técnico y emplean a trabajadores de la zona. Al final del proyecto, esos operarios buscan otra obra, por lo que la ventaja de la estabilidad del asalariado es a 2-3 años, y muchos optan por ser autónomos. Y en segundo término, existe un nicho de mercado de reforma y pequeña obra muy ligado a micropymes, que hace interesante la figura del autónomo, empezando como autoempleo, y contratando luego un ayudante o dos, aunque cada vez más pasan a la figura de las S. L.».

García Novo explica que si la construcción en Galicia tiene a corto plazo el problema de la situación económica por los costes disparados de material, a medio y largo plazo lo es la falta de mano de obra: «La edad media en el sector se acerca a 50 años. En la próxima década se jubilarán sobre 1.500 trabajadores al año, más del 80 % de ellos oficiales con experiencia». Falta ese reemplazo, en unas necesidades que oscilarían de 3.000 a 5.000 trabajadores por año de haberse mantenido el incremento de actividad de los últimos tres años, truncada por la crisis energética y la guerra de Ucrania.

El número de empresas de construcción en la provincia asciende a 3.551, lo que está por encima del 10 % del total de 33.990 de A Coruña. Las micropymes superan el 90 % en el sector, indica Novo, que expone que a nivel estatal las firmas con dos o menos trabajadores superan el 50 %, y con hasta 5 son el 74 %. Las empresas coruñesas inscritas en la Seguridad Social crecieron el 3 % sobre el 2020, y 4,1 % sobre el 2019. Explica el gerente ese incremento porque cuando crece la actividad, autónomos con asalariados tienden a reconvertirse en empresa.

En cuanto al número acumulado de hipotecas sobre viviendas en la provincia, ascendió a 6.350 el pasado año, un 22,8 % más que el ejercicio anterior y el 17.6 % sobre el 2019. Las hipotecas sobre fincas fueron 8.743.

La licitación de obra pública se acercó a los 803 millones de euros el pasado ejercicio
La licitación de obra pública en la provincia de A Coruña ascendió en el 2021 a 802,8 millones de euros, de los que 627,8 correspondieron a obra civil y otros 175 millones a edificación. En función del tipo de administración licitante, 306,5 millones salieron de la Administración central, 294,7 de la autonómica y otros 201,6 millones fueron licitados por la local. A nivel autonómico, en Galicia la licitación pública creció un 103,9 % sobre la del 2019.

Novo contextualiza las cifras. Pese al volumen económico, muchas obras son inviables por el aumento de costes: «La ley de contratos de las administraciones públicas está pensada para entornos económicos estables, no para este». Si no se frena esa escalada de costes o no se modifica sustancialmente el marco normativo no habrá licitantes, advierte. Sucede ya: «A muchas obras se presentan una o dos empresas, cuando lo normal es que concurran diez o doce. Y en algunos casos, prefieren pagar penalizaciones y perder avales, porque les sale más económico que ejecutar las obras» con precios fijados tiempo antes, que están muy por debajo de los de mercado. Novo considera que si costes energéticos e inflación se acotan el próximo semestre, «la recuperación será rápida. Si no, podemos empezar a tener problemas estructurales y llegar a destruir empleo». En la construcción y otros sectores.

Manuel Amor es el director gerente de la constructora y promotora Abeconsa
Manuel Amor: «La vivienda subió un 20 % en un año por el incremento del material»
Manuel Amor es el director gerente de la constructora Abeconsa, que firmó el pasado ejercicio 36 millones de facturación con 80 trabajadores en plantilla.

—¿Cómo está el sector de la construcción en la provincia?

—En un momento muy convulso, por el impacto muy grave en el coste de las materias primas y suministros. En una industria como la nuestra, que trabaja con contratos a largo plazo, cuando encuentras incrementos de precios de este calibre surge un problema. El sector está en esa espiral.

—¿Hay interés por la vivienda?

—Existe mucha demanda, entendemos que todavía consecuencia de la pandemia, que la fijó como una prioridad. Mucha gente quiere una vivienda mejor (con más terraza, espacios abiertos o superficie), o mejorar la suya. Es verdad que el precio de la construcción aumenta: la vivienda subió un 20 % en el último año, pero es un alza distinta a otras épocas, en que era más especulativa. Hoy es por el incremento de materiales, no tanto porque aumente el precio del suelo. Suben materias primas, como acero, cobre y aluminio, y también los productos de la construcción: gres, ladrillo o teja, que necesitan una fabricación industrial que es electrointensiva.

—Las cifras de actividad están por debajo de las anteriores a la pandemia, ¿en qué horizonte se recuperarán?

—Primero tenemos que recuperar la estabilidad de los precios. En la obra privada el ajuste es más rápido, pero en obra pública es clave: en un proceso de licitación, tras 6 u 8 meses, los precios de la oferta pueden estar ya anticuados, por lo que ninguna constructora puede asumirlos y queda desierta. Y hay que distinguir entre edificación y obra civil: si en la primera el incremento es del 20 % en un año, en obra civil, donde el coste es sobre todo de material, por citar un ejemplo el precio del metro cuadrado de carretera subió más del 50 %. Y mucha obra pública es obra civil, por lo que es aún más difícil de asumir el sobrecoste.

—El fuerte incremento de la licitación de obra pública en Galicia ¿constituye un balón de oxígeno para el sector?

—El problema no es tanto la licitación como el grado de obras que quedan desiertas, porque no alcanza el presupuesto para ejecutarlas. A nuestro juicio, las obras públicas todavía no asumen el incremento de precios que hemos sufrido, si bien es cierto que ha habido un par de decretos, estatal y autonómico, para tratar de minimizar el impacto de sobrecostes que se produjeron en obras en ejecución.

—¿Notan falta de mano de obra?

—Sí. En junio-julio del 2020 se marcó un hito: tras el confinamiento hubo un reinicio de actividad importante, sobre todo en el sector privado para mejorar las viviendas. Comenzó una deficiencia de mano de obra que continúa hoy. Pero es un problema embolsado en el sector, porque no existe relevo generacional: a raíz de la crisis del 2008, dejó de entrar gente a la construcción. El reto es atraerla.

Categoría: Noticias Aproin

Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer a nuestros visitantes una forma más cómoda y eficiente a la hora de navegar por nuestra web. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información sobre nuestra web. Más información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close