La salina romana del Areal resurge en Rosalía de Castro
Imagen: M. MORALEJO
La excavación arqueológica ordenada por Patrimonio se está realizando en un solar propiedad de la Sareb
VIGO / LA VOZ / JORGE LAMAS
Nuevamente brota a la superficie viguesa la salina de evaporización construida por los romanos en el siglo I. Su reaparición está relacionada con los trabajos arqueológicos ordenados por la Dirección Xeral de Patrimonio en un solar de la calle de Rosalía de Castro, muy próximo a la confluencia con Serafín Avendaño. Los trabajos marchan con el ritmo habitual de una excavación en área. Ya se pueden observar las alineaciones de piedras que separaban los distintos tanques de la salina. En este punto de la calle de Rosalía de Castro se realizaron hace años sondeos que permitieron constatar la presencia de la salina romana que ocupaba el Areal en los siglos I y II. Fue este precedente el que llevó a Patrimonio a ordenar la realización de una excavación en área, la forma más intensa de controlar arqueológicamente un terreno.
Ahora, un amplio equipo de la empresa Prospectiva y Análisis Arqueólogos trabaja desde hace un par de semanas en ese solar, que fue de Abanca y luego se cedió al banco malo, la Sareb.Esta zona de la ciudad ha dado a la ciencia una enorme cantidad de información en los últimos años, y no siempre relacionada con los primeros momentos de la romanización. Las parcelas colindantes por la calle Miragaia ya fueron estudiadas intensivamente por otro equipo. A la presencia de la salina se le unieron otros hallazgos relacionados con la utilización portuaria de la zona. En este lugar han aparecido elementos tan singulares como el trozo de cruz de oro que ahora se exhibe en el Verbum, en la exposición Emporium; el único resto de una sandalia romana que se ha podido encontrar en Galicia; o también un conjunto de semillas de frutas que se pensaba que habían sido introducidas por los árabes.Este lugar ha permitido que científicos de la Facultad de Ciencias del Mar pudiesen obtener datos de los cambios climáticos en el pasado. Por ejemplo, los científicos pudieron determinar las oscilaciones experimentadas por la línea de costa desde hace miles de años, debido a que es un suelo arenoso. La estratigrafía del solar ha permitido comprobar el retroceso del mar y un avance de la línea de costa entre el siglo I y el III. Precisamente fue ese retroceso el origen del cierre de la salina, debido a que el mar ya no llegaba a los estanques. Tras su cierre, este lugar fue posteriormente utilizando, casi hasta el siglo VIII, como zona de enterramientos.En un solar próximo, que da a la calle Miragaia y es propiedad de Unión Hotelera Gallega S.A., se excavó recientemente y todavía están a la espera de la resolución de Patrimonio.
2016, el año en que se hizo oficial que en Vigo había gente hace ya 200.000 años
Los trabajos en O Areal no fueron los únicos puntos de interés arqueológico durante el año que termina. La empresa Anta de Moura, que dirige Juan Carlos Castro, pudo trabajar en un oasis arqueológico del Casco Vello, parte del inmueble que conformaba el palacio urbano de los marqueses de Valladares. Entre las calles Oliva y Xuanelo, un equipo dirigido por Soledad Prieto detectó una necrópolis romana desconocida. «Si hay un cementerio hay un nucleo habitado; es un axioma de época romana», afirma Juan Carlos Castro, coordinador de los trabajos.Se trata de un número importante y bien caracterizado de tumbas, que permiten afirmar que se trata de un cementerio galaico-romano. Hasta ahora, los arqueólogos sabían que hubo un cementerio en la zona del Areal.La otra gran novedad que aportó es la cronología que presenta esta necrópolis. «A diferencia de la necrópolis del Areal, que llega hasta el siglo VII, esta se queda más corta», apunta. «Nos estamos moviendo en un entorno del siglo II-III, quizá llegamos al IV, pero no hemos encontrado nada de los siglos posteriores», añade Juan Carlos Castro.El otro gran descubrimiento tiene que ver con la presencia humana en la prehistoria en estas tierras. La localización de un yacimiento lítico en la playa de Canido permitió al arqueólogo Eduardo Méndez-Quintas determinar que ya había presencia humana en la zona hace doscientos mil años. «Poucas pezas de cuarzo hai na Península Ibérica que presenten o avanzado nivel tecnolóxico que teñen estas», afirmó. La aparición de estas herramientas, que se pueden ver en el Museo do Mar de Galicia, provocó una revolución cronológica en la prehistoria viguesa al retrasar hasta los 200.000 años la presencia de seres humanos. «É a primeira vez que atopamos un conxunto tan grande de pezas feitas polo home», añade el arqueólogo. Los cientos de herramientas encontradas aportan otra conclusión. «Estes efectos mostran que esta xente tiña unha gran capacidade de anticipación e organización porque tiñan que ir ata o río Miño para atopar a cuarcita coa que foron elaborados», explica Méndez-Quintas.La tercera acción importante de este año se sitúa en la calle Segunda República. Herminia Rodríguez localizó en esta zona un tramo de la muralla que cerró Vigo desde mediados del siglo XVII a mediados del siglo XIX. Su trabajó, que continuará el próximo mes, permitió determinar la ubicación de A Pulguiña.