«Nadie se deslocaliza a Portugal solo porque el precio del suelo es más barato»
M.S. D. / La Voz de Galicia
La inversión inmobiliaria industrial es uno de los mejores indicadores económicos, y el repunte de la demanda de parcelas y naves refleja en Galicia un dinamismo que los actores implicados en este tipo de transacciones no recordaban desde hace diez años. El problema es que parte importante de esa demanda acaba satisfaciendo sus requisitos en Portugal, según explica Javier Represas, consejero delegado de Kala Investments, una sociedad de mediación especializada en el mercado inmobiliario para uso industrial. -¿Quién busca suelo en Galicia y en qué condiciones? -Nuevos proyectos industriales y empresariales, o de expansión derivados de las necesidades de producción. Son negociaciones que se llevan siempre bajo contrato de confidencialidad. Hay diferentes perfiles de necesidad. Los más pequeños buscan algo más accesible y cercano. Los grandes precisan espacio, y es donde hay más dificultad. Por ejemplo, en la provincia de Pontevedra la falta de disponibilidad empieza cuando alguien quiere más de 8.000 metros cuadrados.
-¿Pero hay grandes bolsas de suelo sin ocupar en Galicia? -La mayoría son privados y más caros. Montar un polígonos tiene un coste de urbanización, especialmente en Galicia, y eso se paga. Es una pena ver suelos en Silleda que están vacíos porque los empresarios, en su día, lo dejaron parado.
-¿Por qué los polígonos portugueses son mucho más baratos que los gallegos? –Aquí ponerse de acuerdo para hacer un polígono cuesta mucho, entre expropiaciones, licencias y planificaciones. Allí es más fácil conseguir grandes bolsas de suelo y acondicionarlo. La legislación es más laxa, y los costes de construcción también son más bajos. -Contra eso hay poco que hacer. -Se le está imputando al suelo la deslocalización o mayor captación de empresas porque es la más fácil de las causas. Pero entre un suelo a 20 euros o a 70 euros no hay tanta diferencia para una empresa pequeña. Nadie se deslocaliza a Portugal solo por el precio del suelo. Están los salarios y la fiscalidad, que son factores decisivos. Eso sí que pesa en las cuentas de resultados de las empresas que tengan una plantilla importante.
-¿Qué sectores son más activos pidiendo suelo ahora mismo en Portugal? –Hay tres sectores que se están yendo. Alimentación, por el coste de la mano de obra. El metal, sobre todo a raíz de aquellas huelgas salvajes del 2009, cuando los sindicatos eran muy fuertes y se pedía un 6 % de incremento salarial. Eso provocó que muchos empresarios vieran la posibilidad de llevarse producción a Portugal porque no iban a tener esos problemas sindicales. Allí hay un buen clima laboral. Y luego está la automoción, un mercado que está fuerte por los lanzamientos de PSA en Galicia. Vigo está constreñida, no encuentra sitio.
-¿Prosperaría una denuncia contra Portugal por competencia desleal? –Los parques industriales de aquí también recibieron ayudas. Puede que haya motivos para pelearlo. A lo mejor acaba con una pequeña sanción, pero eso no va acabar con el problema.