El Concello reconvertirá un inmueble ruinoso de Rúa Alta en aulas para usuarios en riesgo de exclusión social y planes de empleo.

CARLOS PREGO / Faro de Vigo

Hace escasos 25 años, antes de que fuese declarada Área de Rehabilitación Integral y mucho antes de que se constituyese el consorcio público dedicado a su recuperación, el Casco Vello era un barrio con más sombras que luces. Sus edificios ruinosos, calles deterioradas y un ambiente marcado en parte por la prostitución y la droga atrajo el interés del programa Callejeros, que en 2008 emitió un reportaje que indignó a vecinos y negocios de la zona y caldeó el debate sobre la necesidad de reflotar el barrio histórico. Hoy, más de una década después, la realidad es diametralmente opuesta. Tanto, que el Casco Vello ha anotado un alza en la demanda de alquiler residencial y es quizás el punto con una hostelería y comercio más dinámicos de toda la urbe. Las administraciones tampoco han sido ajenas a ese “renacimiento” que ellas mismas se encargaron de alentar a través del Consorcio del Casco Vello, organismo lanzado en 2005 por Zona Franca, Xunta y Concello y que hoy integran estas dos últimas instituciones con sendas participaciones del 90 y 10%, respectivamente.

A lo largo de los últimos años las calles del Casco Vello han ido incorporando espacios públicos e institucionales a una velocidad similar a la que nacían nuevos negocios o se mudaban vecinos. Hace un lustro, a finales de 2014, abría sus puertas en Rúa Alta la sede de los registradores de la propiedad. Antes, en 2011, lo hacía a escasos metros de Porta do Sol la Pinacoteca Fernández del Riego, situada muy cerca del Instituto Camões y la Biblioteca Pública Juan Compañel. El listado de sedes y oficinas públicas se completa, por ejemplo, con el centro de visitantes que a finales de 2012 lanzó el Parque Nacional Illas Atlánticas en el emblemático edificio Cambón -entre las calles Palma y Oliva- o el Centro de Artesanía Tradicional. En breve se les sumarán la sede que la Universidad de Vigo está construyendo en el Berbés; o las instalaciones de las que dispondrá la Diputación de Pontevedra, que prevé trasladarse desde su ubicación actual en la calle Oporto a las dependencias del Centro de Arte Fotográfica de Vigo, abierto en la primavera de 2015 en la calle Eduardo Chao y que lleva varios años sin actividad.

El Concello sumará ahora un nuevo punto a ese mapa de dependencias institucionales que se reparten por las calles del barrio histórico. El Ayuntamiento prevé destinar unos 693.360 euros a la rehabilitación del edificio situado en el número 23 de Rúa Alta para reconvertirlo en un centro de formación del área municipal de Servicios Sociales, actuación que saldrá adelante gracias al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea. Los técnicos de Praza do Rei tienen ya sobre la mesa el anteproyecto, que prevé que la obra pueda ejecutarse -una vez finalizada la fase administrativa y escogida la constructora encargada del proyecto- en 7 meses. Las aulas se destinarán a formar a personas en riesgo de exclusión social y ofertar planes de empleo.

Praza dos Pescadores

La intención del Concello es mantener solo la fachada principal que da a Rúa Alta y el tramo de piedra de la planta baja que da frente a la plaza de Pescadores. De momento el Ayuntamiento ya se ha encargado de derribar y retirar los restos de la edificación original que se encontraban dentro de la parcela. La fachada trasera linda a su vez con una construcción de planta baja situada en el número 6 de Praza dos Pescadores, un estructura que -según recoge el anteproyecto elaborado por el Consistorio olívico- se tirará una vez se haya completado la expropiación. Con el objetivo de mejorar la accesibilidad e integración del nuevo centro desde ambas calles, el Gobierno local urbanizará el espacio que ocupa ahora la pequeña edificación de Praza dos Pescadores. En este último punto se plantea además la instalación de un pequeño graderío que conecte la plazoleta con la planta baja y pueda aprovecharse incluso para actividades sociales.

En el interior, el Concello quiere disponer de salas de diferentes tamaños en las que impartir cursos dependiendo del número de alumnos asistentes. La planta baja acogerá a su vez una recepción, en la que también se distribuirán aseos adaptados, máquinas de vending y tablones de anuncios. Las clases, trabajos de grupo, reuniones formativas… se impartirán en la primera y segunda plantas, un espacio añadido -este último- que se contempla en el anteproyecto redactado por los técnicos de Praza do Rei para dotar de mayor capacidad al inmueble. En total, el complejo alcanzaría una superficie útil de 295,7 m2 y 369,6 m2 de área construida.