Vigo acaba el año con el alquiler más alto de Galicia
Atlántico
Aunque subió menos que la media gallega, el arrendamiento de un piso se coloca a 9,4 euros el metro cuadrado
El precio de las viviendas en alquiler en Galicia subió un 8% en el último año hasta alcanzar los 8,1 euros/m2, si bien Vigo habría tenido un ascenso más moderado que el promedio gallego. No obstante, el arrendamiento cierra 2023 como el más caro de Galicia por las causas ya conocidas: cada vez más menos oferta al dedicarse un millar de pisos a usos turísticos. En el último trimestre el precio creció un 2,7%. Según el informe del portal especializado Idealista, los precios subieron en todas las provincias gallegas, siendo Ourense donde más han crecido (10%).
Les siguen las provincias de A Coruña (8,1%), Lugo (7,9%) y Pontevedra (7,4%). Lugo se mantiene como la provincia más barata de Galicia con el metro cuadrado a 6,2 euros mensuales, seguida de Ourense (6,8 euros/m2). La más cara es Pontevedra (9 euros/m2), seguida por A Coruña, con 8 euros/m2. Los precios se han comportado de manera alcista entre las capitales gallegas durante el último año. Encabeza las subidas Ourense (8,5%), el mismo porcentaje que Santiago. En Lugo la subida es del 7,8%, en Pontevedra del 7,2% y en A Coruña del 6,5%. En Vigo, en cambio, los precios se encarecieron menos, solo un 3,4%. Pero Vigo y A Coruña son las ciudades gallegas más exclusivas, con 9,4 euros/m2, por delante de Santiago (8,9 euros/m2) y Pontevedra (8 euros/m2).
Lugo es la capital más económica (6,6 euros/m2) seguida de Ourense (7,1 euros/m2). En palabras de Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, “2023 ha sido un mal año para las personas que buscaron una casa de alquiler. La oferta sigue evaporándose sin visos de que en 2024 vaya a aumentar y los precios marcan sus máximos históricos”, señala. En su opinión, las causas serían las constantes medidas regulatorias y su culminación con la ley de vivienda provocaron el cataclismo actual: la desaparición del inversor en vivienda de alquiler y una retirada significativa de propietarios que han decidido no continuar alquilando sus casas a la vista de la inestabilidad regulatoria y de ser considerados el problema. Muchos de los propietarios en el mercado están optando por el alquiler de temporada.
“Las medidas adoptadas para reducir precios y proteger a las familias más vulnerables han provocado justo lo contrario: la oferta es más reducida que nunca, los precios en máximos y los inquilinos más vulnerable”.