Vigo ganó 5.500 viviendas en la última década, casi la mitad de las registradas en la comarca
Carlos Prego / Faro de Vigo
El censo de bienes inmuebles de uso residencial supera ya los 135.500, un 14% más que en 2005 pese a la crisis del ladrillo y la anulación del PXOM de 2008
Hacienda sitúa por encima de los 8.178 millones el valor catastral de todos los inmuebles de Vigo
A lo largo de la última década el sector del ladrillo se ha encontrado con un par de piedras en el camino. La mayor de todas, que excede con mucho la esfera local y se dejó sentir tanto en Vigo como en otras ciudades de Galicia y el resto de España, fue la crisis económica, que disparó el paro y golpeó con especial saña el sector inmobiliario. El Catastro da un reflejo fiel de lo que aquello supuso. Si entre 2006 y 2007 el registro de bienes inmuebles de uso residencial creció casi un 2,5%, entre 2011 y 2012 se había desinflado ya a un 0,3%. Otra piedra, no menos grande y de alcance local, llegó en 2015 con la sentencia del Tribunal Supremo que anuló el Plan Xeral de 2008. Cuando los promotores de otras urbes empezaban a remontar el vuelo, aquí se encontraron con que el documento base del urbanismo se caía, lo que obligó a retomar el PXOM de 1993.
A pesar de ese escenario, el parque de viviendas ha dado un estirón considerable la última década. Los datos de la Dirección General del Catastro, recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE), muestran que entre 2010 y 2020 el censo de bienes inmuebles de uso residencial en la ciudad creció un 4,2%. En la práctica, supone que el municipio ganó 5.500 propiedades. Si hace una década los técnicos del Catastro identificaban 130.079; el año pasado eran ya 135.540.
Entre 2019 y 2020 el IGE detecta el aumento de un centenar y medio de bienes residenciales. Entre ambos años se alcanzó un avance importante para contrarrestar el efecto de la caída del PXOM: la aprobación de la ordenación provisional (IOP), una herramienta urbanística que, en la práctica, desbloquea la situación de 23 millones de metros cuadrados (m2) de suelo urbanizable. El IOP recibió luz verde del pleno municipal en julio de 2019 y entró en vigor varios meses después, en septiembre. Con él se desenrocó la situación de 48.000 dueños de parcelas, que recuperaron su capacidad para obrar. La ordenación provisional facilitó proyectos como Cordelerías Mar o la urbanización de la Curva de San Gregorio, que sumarán unas 200 viviendas. Para apreciar su efecto plenamente sobre el Catastro urbano local, sin embargo, habrá que esperar a que finalicen las obras.
Más allá del crecimiento del parque de viviendas, los datos del IGE dejan algunas lecturas relevantes. Una de las principales es el peso inmobiliario de la ciudad en el conjunto del área metropolitana. En la comarca de Vigo –en la que el IGE incluye diez municipios del entorno, sin incluir O Morrazo– había hace diez años 187.824 bienes inmuebles de uso residencial. En 2020 eran ya 199.881, lo que refleja que el parque comarcal ganó 12.057 viviendas. El aumento de 5.500 registrado en Vigo supondría el 45%. En otras palabras: la metrópoli acaparó casi la mitad de todas las nuevas residencias registradas en el área.
El temor al postcovid da alas a la periferia
Crecen los empadronamientos de vigueses en los concellos del área tras la experiencia del confinamiento
A pesar de ese peso, indiscutible, las estadísticas del IGE muestran también cómo la huella residencial de Vigo se está suavizando poco a poco, probablemente por la decisión de vecinos de la comarca de construir sus viviendas en municipios del entorno de Vigo, donde el precio del suelo es más ajustado. Si en 2005 las 118.473 viviendas registradas en la ciudad representaban el 70,9% de todas las anotadas en la comarca (166.984), en 2010 ese porcentaje era del 69,2%, en 2015 del 68,5% y en 2020 se situó ya en el 67,8%. El censo deja otra lectura curiosa: Vigo suma hoy 5.500 viviendas más que en 2010; pero –irónicamente y al menos tomando como base el IGE– acoge 432 vecinos menos.
Los datos del Catastro muestran también que por Vigo se reparten en total –no únicamente los de uso residencial– 211.695 bienes inmuebles, unos 8.300 más que hace una década. Tendencia similar muestran las parcelas edificadas en el municipio: de 39.116 en 2010 el cómputo pasó a 41.442 en 2020; quedarían sin edificar 14.800.
Las estadísticas del IGE permiten también hacerse una imagen de cómo ha evolucionado el valor de las propiedades que se reparten por Vigo. El valor catastral global del conjunto de los bienes inmuebles de Vigo se situaba a finales de la década pasada en 7.381 millones de euros; hoy sería ya de 8.178. En el caso exclusivamente de los inmuebles residenciales se pasó de 4.531 a 5.017. El valor medio global subió de 36.299 euros a 38.632.
La comarca viguesa crece más que la de A Coruña, aún con valores mayores
A lo largo de la última década Galicia vio cómo crecía su bolsa de bienes inmuebles residenciales. Tanto en número como en valor catastral. El aumento, eso sí, no ha sido homogéneo en todo el territorio y experimenta oscilaciones de una comarca a otra o incluso dentro de una misma área. En el caso de la ciudad de Vigo, por ejemplo, el IGE anotó un aumento del 4,2% en el número de viviendas y un alza del 10,7% en su valor catastral. A solo unos kilómetros, en Redondela, los incrementos se sitúan en el 11 y 26,2%, respectivamente. En el caso del valor catastral de los inmuebles –todos, no únicamente los residenciales–, el IGE estima que la media en Vigo se sitúa en 38.600 euros, por debajo de Porriño, Nigrán, Baiona y Redondela, situada a la cabeza del área con alrededor de 52.800.
En el conjunto de la comarca el observatorio gallego establece que en 2010 había registrados 187.824 bienes inmuebles de uso residencial, unos 12.000 menos que el año pasado. En cuanto a su valor catastral, se pasó de 6.823 millones a 8.157. Las alzas son, respectivamente, del y 6,4 y 19,5%.
Los crecimientos son más acentuados que en la comarca de A Coruña, que registra en cualquier caso valores mayores. Allí el IGE contabilizaba hace diez años 196.060 bienes inmuebles de uso residencial frente a 204.388 en 2020. En cuanto al valor catastral, se pasó de 9.031 millones a 10.591. Los incrementos en ese caso se sitúan en el 4,2% y 17,3%. El crecimiento anotado en la comarca olívica sería más acentuado también que el de la compostelana.
Si se toman como referencia las ciudades, A Coruña contabilizaba el año pasado 125.940 bienes inmuebles de uso residencial, casi 7.000 más que diez años antes. En cuanto a su valor catastral conjunto, el instituto estadístico lo fija en 6.225 millones de euros, unos 498 millones más que en 2010 y lo que representa un alza del 8,7%. El valor catastral medio de los bienes inmuebles en general –no solo los dedicados a vivienda– alcanza los 61.507 euros, alrededor de 4.500 euros más que hace un decenio.