Los siete alcaldes consideraron prioritario aprobar un Plan General entre 2019 y 2023.

JTA. VIGO / Atlántico Diario

Al menos siete ayuntamientos del área de Vigo, incluyendo la propia ciudad, inician hoy el mandato 2019-23 incluyendo como objetivo prioritario conseguir aprobar un Plan de Urbanismo que permita organizar el municipio y facilitar la construcción y el desarrollo de obras de promoción pública y privada. Nada fácil va a ser, pero en las investiduras del sábado, la mayoría de los nuevos alcaldes -y algunos de los que repitieron- lo expresaron de forma de rotunda como meta para los cuatro años, hasta 2023.

El Plan General de Vigo en vigor fue aprobado siendo alcalde Carlos Príncipe en 1993, así que ha quedado por completo obsoleto y urge su cambio. Hubo otro por el medio, de 2008, anulado por el Tribunal Supremo por un defecto ambiental en 2015. El compromiso del Concello pasa por contar con un documento base este año y tener una aprobación inicial en 2020 y definitiva en 2021. La redacción ha sido adjudicada a Oficina de Planeamiento y Sepia Técnicos por dos millones y la revisión cartográfica a Geograma por 348.000 euros. Mientras debería funcionar una ordenación provisional.

La alcaldesa de Redondela, la socialista Digna Rivas, también prometió ayer el Plan General para el municipio, que sería mantener la redacción aprobada por el ya exalcalde Javier Bas. AER, socio necesario del PSOE, exige seguir con el proceso en marcha. En dos años podría haber luz verde.
La misma decisión anunció Xosé Manuel Pazos en Cangas, villa donde no será nada fácil alcanzar un acuerdo. Cangas es probablemente el ayuntamiento donde más partidos conforman un gobierno local, cautro grupos en total, y uno de ellos, ACE, conformado a su vez por otros partidos. Pazos, no obstante, afirmó que será asunto clave del mandato.

Lo es además para los alcaldes de Gondomar y Nigrán, Paco Ferreira y Juan González ambos socialistas, que repiten en el cargo esta vez con mayoría absoluta, lo que en teoría allanaría el camino. Ponteareas estaría más cerca de conseguirlo: llevó a pleno una aprobación provisional en la última sesión del anterior mandato, que ante la falta de votos se vino abajo. En esta ocasión, el alcalde Xosé Represas, del BNG, cuenta con mayoría absoluta tras firmar un acuerdo con el PSOE que le da la estabilidad que le faltaba y deja al PSOE sin Urbanismo.

Mientras los alcaldes de Vigo y el Miñor podrán pasar, en teoría, un mandato tranquilo con mayorías absolutas, otros cinco del entorno se enfrentan a plenos convulso: Moaña, Redondela, Mondariz, Porriño y As Neves, todos con alcaldes en minoría.