La Xunta intenta animar a los concellos a promover el alquiler de viviendas vacías
X. A. Taboada / Santiago
La Xunta ha dado otra vuelta de tuerca a su programa para fomentar que las viviendas vacías salgan al mercado del alquiler social. Se trata de un plan que en sus distintas líneas de actuación sufre modificaciones prácticamente cada año porque, por unas u otras razones, tiene un mal despegue. El último cambio se acaba de introducir en las ayudas que la Administración autonómica concede a los concellos para rehabilitar edificaciones y viviendas de titularidad municipal con la finalidad de destinarlas en alquiler a las familias con menos recursos. En un intento de “mejorar los objetivos” con respecto a las ediciones anteriores, ahora se abre el abanico de los ayuntamientos potencialmente beneficiarios, de forma que para solicitar estas ayudas ya no es necesario estar inscrito en el programa de viviendas vacías.
Las bases reguladoras de esta convocatoria se publicaron ayer en el Diario Oficial de Galicia y literalmente se expone que se trata de un “nuevo programa de ayudas”, si bien la Consellería de Medio Ambiente precisó que se trata “más bien” de una actualización de otro existente, aunque con cambios en los requisitos y las cantidades de las subvenciones.
La principal modificación es la eliminación de la exigencia de estar apuntado en el plan de viviendas vacías, una línea de actuación que ha quedado desactivada en la práctica por el muy escaso resultado que ha dado. La Xunta la puso en marcha en junio de 2016 y la previsión era sacar al mercado 600 pisos vacíos para destinarlos al alquiler social. La medida nació de un convenio con la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), de forma que eran los ayuntamientos los que debían incorporarse al programa y adherir al mismo las viviendas vacías –tanto de titularidad privada como pública–, de que disponían en sus respectivos términos municipales para posteriormente adjudicarlas a las familias con un alquiler de precio reducido.
Sin embargo, casi cuatro años después tan solo se habían adherido al programa 75 concellos que habían puesto en el mercado únicamente 25 viviendas. Así que el Gobierno gallego decidió dar carpetazo a esta actuación y apostar por un nuevo planteamiento que pasa por la gestión directa del Instituto Galego da Vivenda e Solo.
“No despertó el suficiente interés entre las administraciones locales”, argumentó ayer la Consellería de Medio Ambiente. Por esta razón, en las ayudas destinadas a los concellos ya no se les pide esta adscripción, solo tener menos de 20.000 habitantes.
Los inmuebles irán destinados a familias con escasos recursos económicos
El dinero se destinará a rehabilitar edificios y viviendas de titularidad municipal para darles un uso residencial y poder alquilarlas a familias con escasos recursos económicos, con ingresos por debajo a 2,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem).
La Xunta subvencionará las actuaciones con hasta el 90% de las obras, si bien se establece un máximo de 40.000 euros, con carácter general, por cada vivienda rehabilitada, que puede llegar a los 48.000 en caso de inmuebles situados en ámbitos históricos o de los Caminos de Santiago. Además, esta cuantía se podría incrementar en 2.000 euros adicionales si la edificación a reparar está ubicada en un área declarada Rexurbe.
Estas ayudas llevaban antes la denominación de “antiguas viviendas de maestros, de otros oficios y demás edificios y viviendas de titularidad municipal”, pero ahora ya no se hace alusión alguna, sino que se busca una expresión más general evitando toda referencia a si se trata o no de una residencia antigua del profesorado.