Menos viviendas para alquilar en Vigo y más caras: los bancos tienen 370 pisos vacíos
Menos viviendas para alquilar en Vigo y más caras: los bancos tienen 370 pisos vacíos
José Teo Andrés / ATLANTICO
Apenas hay en la actualidad 410 pisos activos en el circuito de arrendamiento en Vigo, que se mantienen en los precios más altos de la serie histórica
El precio del alquiler de viviendas en España se incrementó un 10,2% durante los últimos 12 meses mientras que en tasa trimestral el precio cayó un 2,4%. A cierre del mes de septiembre de 2024, arrendar una vivienda tenía un coste de 13 euros por metro cuadrado en el promedio nacional. En Vigo, la subida fue ligeramente menor: hasta los 9,9 euros el metro cuadrado (el máximo fue 10,1), que en el casco urbano central llegó al 10 según el portal Idealista, que el sector inmobiliario eleva a 10,5 euros. El incremento en un año ha sido del 7 por ciento, algo menos que la media nacional.
Con todo, el precio del arrendamiento se mantiene en máximos, con un promedio por encima de 800 euros, según los datos de la federación inmobiliaria gallega (Fegein), donde un 25 por ciento superan los 1.000 euros. Lo más llamativo, con todo, es que a día de hoy tan solo hay 410 pisos para rentar en el circuito de comercialización, en su nivel más bajo. La explicación, la ya conocida, que expone el presidente de Fegein, Benito Iglesias: el continuo traslado de los propietarios al sistema de vivienda de uso turístico (VUT), que tiene ventajas a todos los niveles y que evita que haya inquilinos que sin pagar pueden mantenerse en la casa. A día de hoy, la cifra de VUT alcanza el récord de 1.920, por lo que todo apunta a que se hará realidad la profecía de las 2.000 antes de final de año. Lógicamente, más VUT significa menos pisos de arrendamiento convencional y también un mayor incremento de los precios. Iglesias señala a la Ley de Vivienda, en su opinión, “un fracaso absoluto al primer de forma total la protección del residente sobre los derechos del propietario, que queda indefenso”.
En Galicia, Vigo y A Coruña mantienen los precios más elevados, muy similares con variaciones. Alquilar en Pontevedra supone un ahorro muy importante, al situarse a 8,3 euros el metro. En Ourense, siete euros.
La vivienda sube en Vigo el doble que en Galicia y el triple que en España
En Vigo hay 318 pisos vacíos en manos de bancos, la mitad de la Sareb
En Vigo hay un total de 318 viviendas vacías inscritas en el censo de la Xunta en manos de entidades financieras, filiales inmobiliarias, fondos de inversión y de la Sareb, titular del 55 por ciento del total, en concreto 177. Detrás, el Santander, con 50, y a partir de ahí la mayoría de bancos asentados. Con estos datos, el BNG reclamó al gobierno municipal actuar de para incorporar estas viviendas a un parque público en alquiler social delante del aumento disparado de los precios.
Sobre esta cuestión interpeló el portavoz municipal del BNG de Vigo, Xabier Igrexas, a la concejala de Urbanismo. “La telegráfica respuesta ofrecida por la concejala María José Caride se limitó a señalar la existencia de contactos con la Sareb, pero que los precios de adquisición de esas viviendas y el estado de algunas de ellas hicieron imposible adquirirlas para el Ayuntamiento”, señaló en una nota. Igrexas consideró esta respuesta “una demostración más de la falta de voluntad y de la impotencia del gobierno local a la hora de desplegar una verdadera política municipal que enfrente el gravísimo problema de la vivienda en nuestra ciudad”. En ese sentido, reprochó que el Concello no valore solicitar la cesión de esas viviendas, una medida legal que están aplicando ayuntamientos como Barcelona, que el pasado diciembre firmó un convenio con la Sareb para la cesión de 200 inmuebles. “Es inaceptable que sigamos tolerando que una sociedad como la Sareb, resultado del millonario rescate de la banca privada y que está participada mayoritariamente por el Gobierno, actúe como un fondo buitre en lugar de poner las viviendas a disposición de uso social”, cuestionó el portavoz, recordando que esta medida fue uno de los compromisos adquiridos al aprobar una moción del BNG.