Las cooperativas refuerzan su peso en el ladrillo con más de un centenar de pisos en ejecución
Carlos Prego / Faro de Vigo
El ladrillo vigués es cada vez más “colaborativo”. La posibilidad de participar en el diseño de un edificio desde los planos, implicándose por ejemplo en la elección de los materiales y calidades; y, sobre todo, el ahorro que supone prescindir de la figura del promotor tradicional, lleva cada vez a más familias en busca de casa a apostar por la construcción de edificios en régimen cooperativo. No es la opción mayoritaria, ni mucho menos. Pero poco a poco gana fuerza en el sector inmobiliario. A día de hoy se “cocinan” en el centro de Vigo al menos media docena de promociones –en un nivel más o menos avanzado– que superarán de largo el centenar de apartamentos.