El precio de la vivienda en alquiler en Vigo subió casi el doble que el de venta en la última década.
Aumentó un 45% desde agosto de 2014: un piso de 100 m2 en arrendamiento es ahora 310 euros más caro al mes que en 2014 y, en propiedad, la diferencia asciende a 43.500 euros
Borja Melchor / FARO de VIGO
Para pagar tanto por un alquiler, me meto en una hipoteca. Es una frase cada vez más escuchada por vecinos de la ciudad. Con cifras, se les entiende mejor. El precio medio de una vivienda en arrendamiento es uno de los más elevados de la serie histórica, 9,9 euros el metro cuadrado, a solo tres céntimos del récord, que se alcanzó en los meses de abril y junio. El de los pisos y casas en venta también ha aumentado de forma considerable en los últimos años, pero no en el mismo porcentaje: el metro cuadrado está a 2.228 euros.
Según los datos del portal inmobiliario Idealista, uno de los más utilizados en el sector para la búsqueda de un hogar, el precio del alquiler subió desde agosto de 2014, es decir, en los últimos 10 años, casi un 46%, lejos del 24% del incremento experimentado por las propiedades en venta. En resumen: el precio de las viviendas en arrendamiento aumentó casi el doble que el de venta, un motivo más que suficiente para que ciudadanos que se puedan permitir pagar una entrada y acceder a financiación valoren adquirir un inmueble.
Este escenario invita a los inquilinos y personas que se mudan a la ciudad a echar un ojo a las ofertas de viviendas en venta, un mercado que, a pesar de que puede ser más apetecible por la comparación de precios, también presenta contratiempos: hay muy poca oferta por la falta de un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) actualizado. Está en vigor el del año 1993, con sus modificaciones puntuales y el Instrumento de Ordenación Provisional (IOP) como bastones principales de un documento que pide a gritos su jubilación.
El sector inmobiliario y potenciales compradores esperan como agua de mayo el nuevo PXOM, pendiente de aprobación definitiva por parte del pleno del Concello una vez logre la validación de Costas del Estado. Permitirá la construcción de más de 50.000 viviendas –casi 14.400, con algún tipo de protección–, cantidades que, según los expertos, ayudarán a bajar los precios tanto de alquiler como de venta. En todo caso, se espera que el ritmo de construcción no sea todo lo rápido que demanda la ciudad más poblada de Galicia.
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Otro de los puntos a favor que se presentan en la compraventa de vivienda es el tipo de interés, en positivo desde abril de 2022 y al alza desde ese momento hasta julio de 2023, lo que supone una subida, a su vez, de las hipotecas. El euríbor se sitúa en torno al 3% –ayer, cayó al 2,755%–, la cifra más baja desde noviembre de 2022, dato que anima a firmar un contrato con el banco para hacerse con una vivienda en propiedad.
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Lo cierto es que, ya sea en propiedad o alquiler, el acceso a una vivienda en la ciudad es una tarea cada vez más complicada a pesar de ser un derecho constitucional. Los precios están por las nubes y escasean los pisos de protección, la gran asignatura pendiente de las administraciones públicas en Vigo. Mientras, no deja de crecer el censo de viviendas de uso turístico, cuya rentabilidad es mucho mayor para los propietarios que el arrendamiento tradicional. Defienden que, además, hay mayor seguridad jurídica en este segmento que en el de larga duración.
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